¡Qué decepción el Jardín Botánico!

Hace un par de días por fin (fiiiin! Muchas veces armé el plan y como muchos…no salía) visité el Jardín Botánico de Cali. Había leído tanto sobre él! Así que, con un amigo, nos fuimos armados de cámaras y trípode para disfrutar y tomar un par de fotos de las plantas y los animales que encontraríamos allá.

Pasamos el zoológico, Cali Viejo y llegamos. Cruzamos el puente peatonal sobre el río Cali (divino por allá) y llegamos a la entrada. Primera sopresa: No podíamos entrar porque no habían llegado los guardas bachilleres ni otro de los celadores-guías.  Sólo queríamos tomar fotos, conocer el lugar pero nada de plan tan, tan educativo. Pero resulta que su importancia es que se necesitan para que, delincuentes que bajan de la invasión cercana (según nuestros guías) no atraquen a los visitantes. Luego de esa advertencia vinieron anécdotas de robos tipo «les quitaron hasta los tenis»…nada alentador para cuando se tiene equipo fotográfico…bueno y así no se tuviera, a nadie le gusta que lo atraquen.

Entonces, a esperar al otro guía y a los guardas. Mientras tanto, estudiamos el mapa que está en la puerta. Que el semillero, que la estación de la salud y la belleza,que la del sancocho, que la del arte y la cultura, entre otras. Después de unos minutos pudimos entrar y empezamos a recorrer el sendero. Primero, el jardín de polinización. Bonito, si. Un estanque, flores, mariposas, colores.

Pero a medida que fuimos avanzando por el sendero y llegando a las otras estaciones nos decepcionamos del estado del Jardín. El «mundo de los hongos» es un tronco, la estación de la belleza y la cafetería, no existen. El del sancocho es un encierro chiquito con 3 matas de maíz, cimarrón, papaya y otros ingredientes del sancocho (nada espectacular) y el de los cactús…para llorar. Como muchas cosas, el mapa se quedó solo en el dibujito, pero la realidad es otra.

Animales, pues vimos un par…nos cruzamos con un guatín y una pava. Escuchamos otras aves y chicharras. Pero bueno, si fueramos por los animales, iríamos al zoológico (y hasta más porque las plantas del mariposario nos hubieran servido para nuestro propósito. No solo por el objetivo de nuestro plan sino porque esa parte del zoológico es hermosa) 

El punto es que el Jardín resultó siendo mucho menos de lo que esperabamos. Entiendo que su importancia reside en la conservación del bosque seco tropical de Cali, de las especies que lo habitan y en preservar un pulmón verde de la ciudad. Pero creo que hay que ser un poco más honestos con el grado de desarrollo que tiene el Jardín. Sigue siendo muy, muy «natural»…es decir, muy, muuuuuy básico en cuanto al servicio (visto desde un punto de vista más turístico) que puede ofrecer.

Entre la información que uno encuentra del Jardín, está que posee 120  especies, pero a lo largo del sendero no hay información sobre las plantas y animales que se está viendo o se puede ver. La señalización es casi inexistente. Hay un kiosko para actividades educativas pero no hay servicio de alimentación y/o hidratación.

No quiero decir que el Jardín no valga la pena y no haya que apoyarlo, pero debería hacerse más explícito que todavía le falta mucho, mucho a su infraestructura y al servicio que pueden ofrecer a sus visitantes. Para planes «biólogos», tipo investigación, pues me imagino que no le encontrarán tanto reparo al Jardín. Pero incluso «El Parque de las Garzas» me parece que es un ejemplo de un parque sencillo que sirve para investigación pero que recibe muy bien a sus visitantes, digamos, menos académicos.

Otra cosa que me llamó mucho la atención es que el Jardín Botánico no cuenta con una taquilla. No hay control sobre el número de visitantes, por lo tanto, no hay control de la plata que queda y que podría ser reinvertida en el Jardín. Al final de la visita, se le pagan $4 mil pesos al guía, va pa’l bolsillo y listo. No digo que a los guías no se les debe pagar (además ni modo no tenerlos dado el problema de seguridad) pero si el parque quiere mejorar, debe pensar mejorsu estructura organizativa y al menos llevar mejor sus cuentas y fundamental, encontrar una mejor solución al problema de inseguridad.

En conclusión, hay que ir con una mente muy, muy, abierta hacia el Jardín y ojalá PRONTO se pueda aprovechar más su potencial.

 PD: El río Cali es hermoooosísimo por allá! (Vale la pena repetir el comentario) Toda una tentación para la piel. Lástima, de nuevo, el alto grado de inseguridad.